No existe una edad mínima para usar lentes de contacto, todo depende de las características de cada ojo y del tipo de ametropía. Hay, incluso, varios casos en que se han adaptado lentillas a recién nacidos con éxito. Aun así, es importante tener en cuenta la responsabilidad y madurez de cada niño ya que llevar lentillas implica ser cuidadoso y vigilar la higiene que es absolutamente necesaria para poder manipularlas con seguridad.
Se debe tener en cuenta que en España, un 53% de la población de entre 15 y 18 años necesita algún tipo de corrección visual, y de éste, un 81% se muestra interesado o muy interesado en llevar lentes de contacto. Es más, muchos niños y jóvenes las usan sin ningún problema aumentando su capacidad de responsabilidad personal y disfrutando de una visión mucho más natural que con las gafas.
Lo más habitual es que a los seis años el niño empiece a manipular las lentillas, siempre que tenga la habilidad y madurez para hacerlo. Es a esta edad cuando los niños, una vez se les enseña, toman la responsabilidad sobre sus lentillas, ya que, hasta entonces, suelen ser los padres los que les ayudan. Aun así, es importante recordar que, sobre todo al principio, siempre se debe hacer bajo la supervisión de los adultos para que la situación sea segura.
Pero esto no es exacto porque… ¡Cada persona es un mundo! Por eso todo depende de cada caso particular, y es necesario analizar y valorar la situación para adaptarse a las necesidades de cada niño.
¿Cómo usar lentillas por primera vez?
A continuación, descubrirás todos los consejos para que los niños usen lentillas por primera vez de manera segura:
- Aunque al principio el menor puede estar un poco nervioso al ponerse sus lentillas pronto se acostumbrará y lo incorporará a sus rutinas. ¡Aprenden mucho más rápido que los adultos!
- Lo mejor es pedir ayuda al óptico-optometrista para que le enseñe y supervise su adaptación, viendo como las manipula.
- Aunque todo dependerá de cada caso, se suele recomendar el uso de lentillas desechables diarias, ya que no requieren mantenimiento y, por tanto, simplificará todo el proceso reduciendo el riesgo de infecciones. ¡Cada día se estrena una lentilla nueva, evitando limpiarlas al final del día!
- Los padres deberán supervisar el proceso y acompañar al niño para que esté tranquilo. ¡Es importante dar confianza y ser capaz de ayudarles cuando se atasquen!
¿Quieres saber si tu hijo puede llevar lentes?
Consúltanos sin compromiso