Cerrar el teléfono e irse directamente a dormir se ha convertido en la rutina nocturna de casi cualquier persona.
Diversos estudios han demostrado que interactuar con dispositivos electrónicos antes de acostarse provoca insomnio crónico. La vorágine de la información y la luminiscencia de la pantalla son los causantes.
La tecnología es ya una extensión de nuestro cuerpo y los expertos advierten de que por este camino de dependencia virtual estamos perjudicando gravemente nuestra salud.
Hay quienes usan como argumento que el móvil les distrae y les ayuda a caer rendidos cada noche. Sin embargo, para dormirse nuestro cuerpo debe liberar melatonina, la hormona inductora del sueño; y esta solo se produce si creamos un entorno propicio para ello: oscuridad, silencio, cuerpo relajado, párpados cerrados… Los dispositivos electrónicos, ya sean móviles o tablets, emiten luz azul (de corta longitud de onda) que reduce la producción de melatonina, señala a nuestro reloj interno que todavía es de día, retrasando, de esta manera, la producción de melatonina y dificultando, por tanto, la aparición del sueño.
Otras de las consecuencias que tiene el uso del teléfono por la noche es que disminuye la fase de sueño profundo (REM, la más profunda y reparadora) y reduce la capacidad de alerta a la mañana siguiente, es decir nos despertamos cansados. Esto puede afectar negativamente al individuo ya que el sueño REM está implicado en procesos tan importantes como el de aprendizaje y memoria, así como en la regulación emocional. Si se disminuye esta fase del sueño, se podrán ver deterioradas estas funciones.
Además, el uso del teléfono mantiene nuestra mente activa durante más tiempo y esto dificulta la obtención del estado de tranquilidad adecuado para descansar. La estimulación con las pantallas produce entretenimiento visual y mientras estemos concentrados en ellas, estaremos despiertos durante más tiempo.
CONSEJOS PARA LA UTILIZACIÓN DEL MÓVIL POR LA NOCHE:
- Lo mejor: no utilices el teléfono móvil o cualquier tecnología en entornos de poca luz.
- 1 hora de desconexión: apaga todos los aparatos una hora ante de acostarte.
- Modo silencio: si no puedes apagar el móvil, ponlo en silencio. O mejor, pon el modo avión.
- Distancia considerable: mantén los aparatos a unos 2 o 3 metros de la cama. Y si es posible, en otra habitación.
- Menos brillo: adecua siempre el brillo de tu pantalla con el entorno lumínico en el que te encuentres.
- Hora de leer: muchos aprovechar el rato de irse a la cama para leer. Renuncia a las tablets y opta por un ebook o el libro tradicional.
- Niños y adolescentes: evitar la existencia de un televisor u ordenador en el cuarto y vigilar que la exposición diaria a estos dispositivos no supere las 2 horas.