Las gafas de sol para niños protegen su salud visual.
A partir del mes de junio, aproximadamente cuando comienza el verano, y hasta finales de agosto, los rayos del sol inciden de manera perpendicular en nuestro país. Esto significa que el sol calienta más (se elevan las temperaturas), hay más luminosidad durante el día, los días son más largos y los rayos del sol son más peligrosos para el ser humano.
En esta época del año hay que poner especial cuidado en proteger la piel y los ojos. En el primer caso se hace imprescindible, sobre todo en la piel de los niños o en la de aquellos con poca protección natural, utilizar crema de protección solar y evitar la exposición solar en las horas centrales del día.
Los ojos están expuestos al exterior por lo que reciben de manera directa los dañinos rayos del sol. Además, el efecto de estos rayos es acumulativo por lo que, al cabo de los años, si no hemos protegido convenientemente los ojos, la salud de los mismos se verá afectada.
¿Cómo protegemos los ojos de los niños?
Una parte de los ojos, el cristalino, actúa como filtro natural a los rayos del sol. Sin embargo, el cristalino no termina de formarse hasta los 12 años aproximadamente. Hasta este momento suele ofrecer un aspecto muy transparente y no ofrece demasiada protección. Por eso, es necesario aportar una protección extra.
La utilización de gorras y viseras puede ser una buena opción para impedir que el sol incida directamente en los ojos, molestando al niño y pudiendo provocar caídas o pequeños accidentes. Evitar la exposición en las horas centrales del día es otra buena opción.
Sin embargo, el mejor modo de proteger los ojos de los niños es utilizando gafas de sol. Si hasta hace unos años no era frecuente ver a los niños con gafas de sol, cada vez es más común que los pequeños, igual que los adultos, lleven gafas de sol en verano.
Las gafas para niños, en las ópticas
A la hora de adquirir gafas de sol para los niños, es importante recordar que queremos adquirir un producto que proteja los ojos. Por eso, hay que acudir a los lugares especializados. Nos referimos a las ópticas.
Comprar gafas de sol infantiles en tiendas de ropa, bazares o mercadillos puede ser muy peligroso para sus ojos ya que los cristales, en muchas ocasiones, no disponen de la protección solar necesaria. Las gafas deben contar con el marcado CE que garantiza que han pasado los controles necesarios.
Además, dependiendo del uso y el lugar en el que se vayan a utilizar las gafas (montaña, playa, ciudad…) la protección de los cristales se puede adaptar.
Aunque la colección de monturas para niños se adapta a los gustos de los pequeños, recuerda que las gafas de sol para niños no son juguetes. De su uso puede depender, en el futuro, la correcta salud visual del adulto.